Vivir no es jodidamente fácil.

Mi cabeza me da vueltas, me doy cuenta que sigo algo mareada
y como no, si ayer tome y tome, como si el mundo se fuera acabar.
Lo digo una y otra vez, me arrepiento de todo lo que hice ayer,
pero que se hace ¿no?, uno no puede dar vuelta al tiempo
así que solo queda afrontar sus actos.
Solo espero que las cosas mejoren y nada se me complique,
que lo de ayer quede bien sepultado y jamás reviva.
Mierda es como me siento, o más bien yo soy una MIERDA.
No soy mala persona pero he llegado al límite de no reconocerme
y decirme a mi misma: ¿Fui capaz de hacer eso? ¿Esa soy yo realmente?
las respuestas son: si, si fui capaz pero esa no era realmente yo,
los efectos del alcohol me jugaron una mala pasada,
me sumergieron y me ahogaron en la miseria.
Al punto también de entender que a veces en un instante
las personas cambiamos y somos lo muy opuesto a lo que en verdad somos.
No basta solo con arrepentirse, cualquiera lo hace,
pero yo no quiero solo arrepentirme, quiero cambiar las cosas.
No se ni como hacerlas, especialmente la peor
y quizá nunca la arregle o quizá dentro de mucho tiempo.
El tiempo siempre termina por quitarnos de la mente ciertas cosas,
no las olvida, simplemente las oculta.
Sigo con algunos estragos de lo de ayer
y lo admito no estoy totalmente lucida pero estoy consiente de lo que hago.
Siempre soy de los dos lados, como ser dos personas totalmente opuestas
pero a la misma vez ser una sola, esa es Macarena.
Ojala que mañana sea un nuevo día,
pues a veces nos mandan una de cal y otra de arena,
quiero decir que tal vez el día de mañana sea mejor que el de hoy.
Y eso es lo que realmente quiero, que sea mucho mejor.