domingo, 3 de abril de 2011

Es curioso que la vida, cuanto más vacía, más pesa.

Quisiera empezar diciendo que todo ha marchado de maravilla
que estoy perfectamente bien y que no he llorado últimamente,
pero eso seria como mentir, engañarlos y engañarme.
Siendo la verdad otra, tengo que aparentar frente a todos
que del sufrimiento yo no se nada.
A escondidas mi alma esta sola y llora, siente la mas honda desesperanza,
aquella que me inspira terror y odio a la vez.
Lo hice como siempre, quise liberarme por un momento de la presión que me ahoga.
Claro, lo conseguí, pero aunque fue un rato, no duro mucho,
la insoportable amargura volvió,
para hacerme prisionera de ella y no soltarme jamás.
Pienso que debería acostumbrarme a esto, puesto que siempre se repite.
Como un círculo vicioso, que te atrapa y nunca te deja salir,
pero sobre todo que nunca termina.
Tanto rencor hacia la vida, es el sentimiento que
se asoma por mis poros y corre por mis venas.
En tanta desdicha es lo que se esta convirtiendo el día a día.
Las mañanas amanecen opacas y desteñidas,
dejándome sin ansias de enfrentar el hoy.
Mi corazón va sangrando. No se puede hacer nada, solo dejarlo llorar.
Un suspiro de fe, necesita para continuar porque cada latido se va apagando,
poco a poco creo que se acerca el momento de partir.

No hay comentarios :