jueves, 10 de marzo de 2011

Repentinos momentos.

Ahora es cuando más necesito de alguien,
ahora que me siento tan frágil, tan débil, tan diminuta, tan insignificante.
No sé hasta que punto llegare a soportar cada instante
y no sé si quiera seguir viviéndolos.
A mi corta edad no conozco quizá lo que es realmente sufrir,
pero si todo esto me pasa ahora,
por lo menos tengo la idea de que más adelante, será mucho peor.
Consumirme lentamente es lo que hago,
sin poder encontrar el motivo para vivir.
Aunque la vida siga, yo creo que me quede detenida en un tiempo de agonía,
del cual no es fácil salir.
¿Acaso esta negada la felicidad para mí? Pues, a veces creo que sí.
A veces pienso que nunca debí haber nacido, nunca.
Pero por algo pasan las cosas ¿no?
y siempre le busco el lado positivo a la vida.
En estos momentos ya no hay nada positivo,
es como si una lluvia de desgracia se hubiera posado sobre mí.
Esa maldita lluvia que esta acabando conmigo y con mi vida.
He pensado tantas cosas para mejorar mi calidad de vida,
de por lo menos estar un momento en paz,
pero cada esfuerzo es un fracaso, como todo lo que hago.
¿De qué me sirve esta vida?... Si ni siquiera la merezco.
Tantas personas quisieran vivir,
y hoy yo rechazo la tan "maravillosa" oportunidad.
No le veo nada de "maravilloso", sin embargo llego a ser tan cobarde,
de no ser capaz de acabar con todo esto.
Y es que tal vez muy en el fondo de mi ser,
haya una pequeña llama de confianza,
esa confianza de que todo cambiara para mejor,
aunque sienta que la perdí hace mucho tiempo.
Tal vez siempre repita lo mismo,
pero hay momentos como estos, en lo cuales solo siento así,
en los cuales solo pienso morir.
Y es que siempre hay momentos...

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