Y así es mi vida.

Cuando mis ojos se empiezan a empañar de lágrimas,
es cuando me doy cuenta, que es muy difícil estar bien.
Ya no puedo seguir fingiendo que no me pasa nada,
cuando yo misma sé, que es mentira.
no puedo tratar de aparentar estar feliz, con tanto dolor en el alma.
Y es que yo no puedo ser hipócrita conmigo misma,
engañándome día a día, al decir que por fin comprendí
lo que realmente importa en esta vida.
Pues porque la verdad, no es así.
sigo siendo la misma chica de siempre, la que siempre vivió en un mundo de
decepción, tristeza, amargura y dolor.
No he cambiado absolutamente nada.
Tratar de no llorar es inevitable, cortarme también,
pero y es que ¿acaso hay otra forma de sacar lo que llevo dentro?
¡No! para mí no. Yo misma encontré esa solución,
y por más que la gente me juzgue, esta es mi manera de sentirme en paz,
la forma de liberarme por un momento de todo lo que me ata.
ME MIRO y NO ME VEO, ME HABLO y NO ME ESCUCHO,
ME TOCO y NO ME SIENTO,
PERO LO QUE MÁS DUELE ES BUSCARME y NO HALLARME.
Y es allí en donde me entra, esta rabia por mi misma,
es allí cuando siento que no valgo nada.
no entiendo como es posible ser perfecta para los demás
y que para mí, solo sea un ser despreciable, un ser que no debería vivir.
Bajo esta nube gris que nunca me deja, me ahogo en mi propio llanto,
las cicatrices de mi corazón vuelven a sangrar
y el dolor se vuelve cada vez más intenso, que no me deja ni respirar.
Trato de buscar la forma de volver a renacer,
de encontrar maneras de sentirme mejor, pero todo esfuerzo, es inútil.
Solo atino a decir:
MALDITO SENTIMIENTO, DEJA DE ESTAR DENTRO DE MI CORAZÓN,
HUYE, VUELA Y ALEJATE, POR FAVOR.
Pero en eso, en mi interior, puedo lograr percibir una luz,
una luz de esperanza, pero yo misma de nuevo me engaño,
porque sé que esa LUZ, MUY PRONTO SE VOLVERA A APAGAR.