miércoles, 17 de agosto de 2016

Doy tanta pena, porque siempre vuelvo a ti.

Doy pena, por no ser lo suficientemente fuerte para irme de tu lado.
Doy pena, por hacerme dejado de amar a mí, por entregarte mi alma entera.
Doy pena, por no ser valiente y enfrentar el dolor sola.
Doy pena, por aferrarme a algo que nunca fue mío.
Doy pena, por tener la esperanza de que algún día me ames.
Doy pena, por pretender con mi amor, cambiarte.
Doy pena, sí, doy pena por ser tan masoquista y seguir amándote aunque siempre rompas mi corazón en trizas.

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