jueves, 14 de julio de 2011

El pasado no debe ser un error y al presente no debemos tenerle temor.

Nuestras preocupaciones, nuestros días más tristes, donde nos abate el miedo a que eso que tanto nos llena de vida se vaya, se vaya sin que quieras y no poder hacer nada para evitarlo. ¿Miedo o impotencia? Quizá la mezcla de las dos, cuando nos sentimos llenos y nos entran ganas de gritar a los cuatro vientos: Estoy feliz o lo que es lo mismo, en los casos en los que esa felicidad te la da otra persona decirle te quiero, te quiero y de verdad, entérate que aunque te lo repita una y mil veces lo hago porque siento la necesidad de que de alguna manera comprendas que eres imprescindible en mi y en muchos casos {por desgracia} no tengamos otra manera de demostrarlo porque por "X" circunstancias algo nos lo impida. Cuando decimos te quiero y lo decimos con el corazón {al menos en mi caso} es como decir: te siento, me elevas, quiero tenerte junto a mí sin pensar en que te vayas, anhelo abrazarte, besarte, olerte, mirarte a los ojos y saber que no necesito otra cosa que no estoy pensando en nada más que en ti, que eres especial para mi, para mi cuerpo, para mi mente y para mi corazón. ¿Y como se nos puede pasar por la cabeza muchas veces cortarlo? Si justamente eso no es lo que queremos, no queremos que alejen de nosotr@s. ¿Temor al sufrimiento? ¿A que llegue el día en que si se separan de nosotr@s sentamos un vacío impresionante?, pero pensemos que si todo eso no pasara por nuestra mente significaría que no sentimos algo tan fuerte. Lucha con todas tus fuerzas por lo que añoras, anhelas, deseas o como le quieras llamar, porque si por alguna circunstancia eso termina algún día al menos se quedará la fuerza que nos da nuestro propia consciencia, para poder afrontar lo que viene y quien venga y poder mirar el pasado diciendo "acabó, pero porque tenía que suceder no porque yo haya ido en contra de lo que yo mism@ quería" y mirando al pasado con alegría de lo que viviste, no con odio ni rencor.

No hay comentarios :